¿Acero o tripa? las mejores cuerdas para contrabajo
¿Acero o tripa?
Mucha gente me pregunta por qué uso cuerdas de tripa, algo que la mayoría ve con reverencial asombro. "¿Qué, también usas tripa para jazz?" o "¿También usas tripa en la orquesta? Pero, ¿cómo lo haces?". Como si sólo hubiera un repertorio adecuado para las cuerdas de tripa.
Sin embargo: la tripa es indudablemente mejor.
Empecé a tocar el contrabajo hacia 1975, de forma autodidacta, por aquel entonces por supuesto no sabía nada de cuerdas, cómo usar el arco, jazz, etc. Entonces me gustaba el sonido con mucho sustain, poco ataque y un poco 'maullido', (hoy me parece horroroso). Las pastillas eran pocas, caras y tenían mal sonido. Recuerdo el Polytone, una especie de tornillo que se instalaba entre las patas del puente, el Barcus Berry, una barra piezoeléctrica que se fijaba al puente con una masilla adhesiva, y el Underwood, un piezo doble que se insertaba en los pliegues del puente. Este último en particular tenía la característica de un sonido medio, nasal y con mucho sustain.
Instrumento italiano anónimo - finales del siglo XVIII
Cuerdas
Pero volvamos a las cuerdas: las mejores para mí entonces eran las Thomastik Spirocore, cuerdas que suenan igual en casi cualquier instrumento, una ventaja si tienes un instrumento pésimo, una desventaja si tienes la suerte de poseer un excelente instrumento italiano del siglo pasado.
Fue en 1989, cuando empecé a tocar en un grupo de música barroca, cuando instalé cuerdas de tripa en mi instrumento. Al principio fue un shock: todo lo que había aprendido en el conservatorio parecía no funcionar, pero luego me di cuenta de que todo resultaba más fácil. Tenía que utilizar un pequeño arco (arco lento) muy cerca de la cuerda y más cerca del puente, pero tenía el doble de sonido. El ataque era inmediato, sin ninguna inercia, el sonido brillante y lleno de armónicos y al mismo tiempo profundo, muy claro y nítido en los pasajes rápidos. Con el pizzicato entonces, el sonido era mucho más corto, pero redondo y percusivo. Por decirlo en lenguaje cómico, había pasado de un contrabajo que hace "miau" a un contrabajo que hace "boom". En resumen, otro mundo. No es sólo una cuestión de "interpretación históricamente informada", es mucho mejor. Al fin y al cabo, hasta los años 50 casi nadie utilizaba cuerdas de acero. Ray Brown, Paul Chambers, Oscar Pettiford, Scott LaFaro, Charles Mingus en jazz; y en música clásica uno para todos: Giovanni Bottesini, considerado el mejor contrabajista de todos los tiempos. Todos los grandes contrabajistas tocaban con tripa, y hoy algunos se preguntan ¿cómo lo hacían? Incluso en el bajo eléctrico, aunque no se podía utilizar tripa porque las pastillas magnéticas sólo funcionan con metal, todas las mejores líneas motown se grabaron con un Fender precision y cuerdas flatwound, que para el bajo eléctrico es como usar tripa, sonido "gordo" y poco sustain, es decir, máxima pegada y ritmo.
¿Defectos?
¿Los defectos? El coste. La construcción de las cuerdas de tripa se hace casi totalmente a mano, por artesanos expertos que han investigado para encontrar las mejores "recetas", basándose en textos del pasado y en algunas cuerdas antiguas que, desafiando los estragos del tiempo, han sobrevivido hasta nuestros días. Así, el coste puede variar de 400 a 1000-1200 euros y más, el traje de neopreno. Otro posible defecto es que, al ser material orgánico, las cuerdas pueden diferir (por muy poco) de unas a otras, aunque procedan del mismo fabricante. Como los instrumentos, al fin y al cabo.
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