Breve historia de la mezcla
La orquestación como prototipo de la mezcla.
El arte de los arreglos, la orquestación y, por último, la dirección orquestal, profundamente arraigado en la música, también puede entenderse como una "protomezcla acústica". De hecho, estas disciplinas, además de centrarse en aspectos rítmicos y armónicos, tenían la tarea crucial de equilibrar diferentes instrumentos y secciones, evitando el fenómeno de "enmascarar" el color tímbrico o, peor aún, las propias notas de ciertas partes musicales.
Los compositores y orquestadores, muy conscientes de los peligros del enmascaramiento, desarrollaron criterios específicos utilizando diferentes pausas, dinámicas y registros de octava para garantizar la claridad y la definición.
El papel del director de orquesta también era fundamental: su oído entrenado, combinado con el uso del gesto, garantizaba un equilibrio dinámico entre los elementos. Esta forma ancestral de control de las mezclas también se basaba en la agudeza sensorial de los músicos intérpretes, que contribuían activamente al dinamismo general de la mezcla interpretativa.
La llegada de las tecnologías de amplificación y grabación dio lugar a nuevas metodologías y al papel del ingeniero de sonido, entendido en parte como un moderno director de orquesta en la mesa de mezclas, capaz de modular los volúmenes y las características tonales e incluso dinámicas de los sonidos.
Los orígenes de la mezcla
Los orígenes de la grabación son sencillos y rudimentarios; el director artístico colocaba a los intérpretes en el estudio, controlando el equilibrio acústico de los volúmenes como en un concierto. Las herramientas técnicas modernas, como ecualizadores y compresores, aún no existían y el concepto de ingeniero de sonido apenas empezaba a tomar forma.
Más tarde, las tecnologías multipista revolucionaron el arte de la mezcla, permitiendo una manipulación detallada, precisa y creativa de los sonidos.
Evolución multipista y postproducción
La innovación tecnológica ha caminado de la mano de la evolución de las mezclas en el siglo XX. La introducción de la grabadora multipista en los años 60 marcó el inicio de la mezcla moderna, con la aparición de dispositivos como ecualizadores, compresores y reverberaciones que se convirtieron en herramientas clave en los estudios de grabación. El aumento del tamaño de las consolas y la ampliación de las pistas permitieron un control más preciso del sonido, elevando el arte de la mezcla a nuevos niveles de sofisticación.
La cinta digital
Los años 90 marcaron un punto de inflexión en el panorama musical. La música, en sus diversas etapas, desde la creación hasta la distribución, sufrió una profunda metamorfosis gracias al muestreo digital y a los ordenadores, que se convirtieron en grandes protagonistas de esta década. Las grabadoras digitales fueron pioneras en la transición y cambiaron la forma de adquirir el sonido, aunque las técnicas de procesamiento y mezcla permanecieron prácticamente inalteradas.
La era digital, sin embargo, no suprimió la importancia de las consolas analógicas, que, a pesar de sus limitaciones, conservaron un papel central, ofreciendo un control programable y automatizado de los volúmenes de las pistas mediante complicados controles VCA. Estos dispositivos analógicos evolucionaron, motorizando los faders de control de volumen para una mayor precisión de la mezcla.
A pesar de las innovaciones, la mezcla final se transfería a menudo (aunque no siempre) a un tipo tradicional de cinta magnética, manteniendo un componente analógico en el proceso de producción audio-musical. Las "pizzas" de cinta magnética seguían siendo esenciales en la industria discográfica, sirviendo de soporte físico en la distribución de música.
Daw y estudio en casa
La revolución digital continuó con la introducción de procesadores digitales de audio en tiempo real, encarnados inicialmente por Pro Tools III en 1994.
Estos primeros sistemas estaban relacionados con tarjetas DSP dedicadas externas al ordenador, que permitían una gran potencia de procesamiento de la señal de audio, aunque dependían de procesadores de PC que aún no eran de alto rendimiento. Cubase, introducido por Steinberg en 1996 en forma de procesamiento sólo MIDI y más tarde también de audio gracias a la aparición de los sistemas VST, fue el primer sistema que permitió el procesamiento de audio en tiempo real utilizando únicamente la CPU de un ordenador, ofreciendo una alternativa más sencilla y accesible para los músicos.
Estos avances propiciaron la aparición de los "home studios", término acuñado para describir los sistemas de grabación domésticos, cada vez más accesibles y compactos. Aunque los estudios caseros aún no podían competir con los profesionales en cuanto a calidad y variedad de procesos, la eliminación de barreras para acceder a la calidad y el control del audio hizo de la grabación musical una actividad más accesible.
Los avances tecnológicos han seguido avanzando a pasos agigantados: hoy en día, una DAW moderna (adoptada desde hace tiempo incluso por los grandes estudios de producción) puede manejar fácilmente una gran variedad de plug-ins y reverbs estéreo, lo que hace que la producción musical doméstica sea aún más fascinante y versátil. La proliferación de plug-ins de alta calidad y la constante evolución de la tecnología digital sugieren un futuro en el que las posibilidades serán infinitas.
Los estudios profesionales siguen manteniendo una ventaja cualitativa gracias a sus amplios espacios operativos, una acústica fiable proporcionada por diseñadores expertos y los conocimientos técnicos de los ingenieros de sonido profesionales; sin embargo, los estudios domésticos, gracias a la excelente relación calidad-precio de los DAW, reducen cada vez más la distancia, "democratizando" aún más el mundo de la producción musical.
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